Ahora entiendo que un hombre nunca sabe que está en lo cierto mientras no sepa que se ha equivocado.
A veces pienso que cuando chocan dos espadas sólo son las dos hojas de las cizallas del Destino. Es posible que cada hoja de un par de tijeras sueñe con que lucha contra la otra a muerte, pero la verdad es que se hallan en una mano más grande y se emplean juntas las dos con un solo fin en mente.